jueves, 26 de febrero de 2009

Consejo para lectores subterráneos


Comprendo que viendo la imagen podáis pensar que ésta nada tiene que ver con el título de la entrada, pero enseguida os explico la relación.

Todos sabemos que mucha gente lee principalmente en el metro, pero esto sólo lo pueden hacer cómodamente los que van sentados en los asientos. Para los que van de pie resulta complicado permanecer en equilibrio con las dos manos ocupadas en el libro, sobretodo en el momento de pasar las hojas. Con esta técnica para mantenerse agarrado a la barra (ver fotografía superior) uno puede despreocuparse de conservar la verticalidad sin ayuda de las manos, y así aguantar el libro bien sujeto y pasar las páginas con facilidad.

Y no me vengáis ahora con que si muchas macizorras o macizorros como los de arriba comenzaran a practicar esta admirable técnica los índices de lectura en los vagones del metro caerían en picado (especialmente el de los pasajeros que vayan sentados disfrutando de tan sugerente perspectiva), ya que el buen lector sabe perfectamente cómo encontrar la concentración necesaria para digerir bien los culos, digo... los textos.

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